Parece que la Naturaleza eligió Casares para hacer una de sus mejores
obras, destacando este municipio de la Costa del Sol por la
Biodiversidad y la variedad de paisajes. Su ubicación geográfica, a
caballo entre el Estrecho de Gibraltar, la Serranía de Ronda y la costa,
han propiciado que en este territorio confluyan hasta tres ambientes
diferentes, que forman parte de la Red Andaluza de Espacios Naturales
Protegidos.
Casares cuenta con el Paraje Natural de Sierra Bermeja, macizo montañoso cuya peculiaridad es su origen volcánico, que recibe su nombre del color rojizo (o bermejo) de las peridotitas, las rocas predominantes. Esta geología tan peculiar es la responsable de que pocas plantas sean capaces de crecer en un suelo con una composición tan dura, pero las que crecen son muy especiales, destacando los endemismos, únicos en Andalucía. Quizás esta fue la razón que llevó a ilustres botánicos de principios de siglo a explorar esta sierra y gracias a este interés, Félix Haenseler y Edmond boissier descubrieron para la ciencia en 1837 el pinsapo, un abeto endémico único en el mundo que forma bosques en la cima de Los Reales de Sierra Bermeja y El Puerto de la Mujer.
Sierra Bermeja da paso en su extremo occidental a otro tipo de ambiente de origen calizo, el macizo de Sierra Crestellina. Declarada Paraje Natural Protegido, debe su nombre a la forma de los picos de sus cimas, verdaderas crestas inaccesibles elegidas por bellas rapaces como los buitres leonados como cuartel para nidificar y establecer su hogar; un bello espectáculo que se puede contemplar desde el castillo de Casares. Se recomienda también el paseo por la ruta señalizada que atraviesa los bosques de esta sierra, asciende hasta su refugio de montaña y baja luego hasta el pueblo.
Entre las sierras bermeja y Crestellina existe una valiosa frontera natural, en la que se unen las rocas calizas y peridotitas de ambos macizos, dando lugar a una zona especialmente rica: el Monte del Duque, poblado de frondosos bosques de encinas, alcornoques y quejigos, que forma parte de la Red Natura 2000, ya que está calificado como Lugar de Interés Comunitario por la calidad de su biodiversidad.
No estaría completo este recorrido por la naturaleza casareña sin una visita al Canuto de Utrera, réplica espectacular del Torcal de Antequera, lugar emergido de las profundidades del océano formado por un laberinto de relieve kárstico en el que habita una de las especies mas amenazadas del mediterráneo, el águila perdicera; o sin admirar una de sus verdaderas joyas, el río Genal y su valle que se asoman al Parque Natural de los Alcornocales.